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Finalmente llegué a Tucumán con la excusa del casamiento del tío Quique (hermano de mi tía Marta) y allí me sorprendió la vida hasta principios del 2006. Mientras me acomodaba a mi nueva realidad de la mano de mi genial primo Juan (gracias Juancito querido, casi me convertís en un delincuente...) que me llevaba a todos los lugares de onda como los bailes de carnaval en Las Lomitas, a comprar ropa por la calle Mendoza entre 25 y Muñecas y yo me buscaba un colegio para estudiar, un día cae de sorpresa el Nano acompañado de mi abuela Laurette y de mi hermano menor Patricio. Se quedaron diez días en los cuales ibamos a pasear en su Peugeot 504 francés modelo 1976, comprado a la embajada de Francia con 5.000 kilómetros en 1978, por toda la provincia (Tucumán es muy chiquito y está todo muy cerca, era una de las cosas que él más extrañaba en su vida en Buenos Aires) y nos contaba la historia de cada lugar (la última vez que lo vi en mayo de 1998 me hizo dar una vuelta a la plaza Independencia con la cabeza levantada mientras me iba explicando cada edificio) ya que era una enciclopedia con mocasines.
Se aproximaban las eliminatorias y la prensa estaba muy preocupada por los rendimientos tan disimiles de un partido a otro del equipo y todas las semanas le pegaban un palo distinto al doctor Bilardo, quien a esta altura solamente quería concentrarse en jugar y no en darle explicaciones al diario Clarín. A nuestro seleccionado le tocó el grupo 1 junto a Perú, Colombia y Venezuela. El arranque fue prometedor con victorias de visitante ante Venezuela 3-2 y Colombia por 3-1, luego vinieron los partidos en Buenos Aires con sendos triunfos ante Venezuela por 3-0 y Colombia 1-0. Solamente quedaban los dos partidos con Perú. Argentina llegó a Lima puntero con ocho puntos mientras que los peruanos tenían cinco y quedaban solamente cuatro en juego (en aquellos años se daban dos puntos por partido ganado) pero los coterráneos de Mario Vargas Llosa tenían todas las intenciones de rememorar el bombonerazo de 1969 cuando dejaron a nuestra selección fuera del mundial de México 70 y casi lo logran...
Para ponernos en situación en esos meses de mayo y junio los adolescentes de mi edad (18 años) estábamos más preocupados por los preparativos del que iba a ser el concierto más espectacular de todos los tiempos: Live Aid, la genial creación de Bob Geldof con fines solidarios (recaudar dinero para combatir el hambre en Etiopía), que incluía dos conciertos en el mismo horario en diferentes ciudades: uno en el viejo estadio de Wembley en Londres y el otro en el John F. Kennedy Stadium en Filadelfia y con la inconsciencia propia de nuestra edad no imaginábamos lo que estaba por pasar en un campo de juego a 3.936 kilómetros de distancia de la capital de nuestro país.
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Nano le está tomando la presión a Oscar Garré en Tilcara. |
La nueva cita era en el Monumental con sólo un punto de diferencia para los players del doctor, por lo tanto con el empate Argentina clasificaba nuevamente a un mundial pero pasaron cosas... Comenzó ganando nuestra selección con el gol de Pedro Pablo Pasculli tras un gran centro de Diego que aún seguía con Luis Reyna pegado como estampilla a su espalda. Perú lo dio vuelta y a falta de nueve minutos el partido seguía 2-1 con lo cual nuestra selección iba a jugar un repechaje. Corner desde la izquierda del ataque argentino ejecutado por Maradona, un despeje en el área y la pelota le cae a Burruchaga ligeramente volcado hacia la izquierda, quien mete un pelotazo cruzado y pasado para la entrada de Daniel Alberto Passarella y este define cruzado sobre la salida del arquero Acasuro, la pelota pega en el lado interno del palo y va recorriendo la línea hasta que aparece Ricardo Gareca y empuja el balón al fondo del arco para desatar el delirio en las tribunas del estadio. Apenas tres minutos después, el Pato Fillol se manda una de las mejores atajadas de su carrera al taparle un tiro envenenado a Uribe y salvar al equipo de ir al repechaje en lo que sería su último partido en la selección ya que Bilardo, en una decisión insólita, injusta e inentendible, no lo convocó nunca más. El Pato siguió dando cátedra desde el arco hasta los cuarenta años mientras que de Nery Pumpido no se acuerda nadie...
Una vez consumada la clasificación se venía la otra etapa: ¿cómo aclimatar los jugadores a la altura del país azteca? Los doctores Carlos Bilardo y Raúl Madero (médico de la selección) recordaron que en la estructura de la AFA estaba el profesor doctor Bernardo Benigno Lozada, que había acompañado a Carlos Pachamé al mundial sub 20 del año 1983 en México, y decidieron sacarle el jugo a sus conocimientos.

Partieron a Tilcara un grupo de catorce jugadores del fútbol local (Bochini, Giusti, Borghi, Batista, Brown, Dertycia, Comas, Ruggeri, Tapia, Islas, Cucciuffo, Clausen, Garré y Almiron) junto al cuerpo técnico y a los doctores Raúl Madero y Bernardo Lozada para hacer los análisis y tests correspondientes a los players. Luego de diez días de arduo trabajo retornaron a Buenos Aires para analizar los datos que habían recabado y ahí me encontré, después de un año, con Nano y sepan disculpar, jamás le dije abuelo...
Era febrero de 1986 y yo estaba volviendo de mis vacaciones en Mar del Plata y pasé por Buenos Aires una semana antes de seguir viaje a Rosario a ver a mi madre y a mis hermanos y luego emprender el regreso a Tucumán. Por supuesto que las charlas estaban enfocadas en el inminente mundial y lo bien que se había preparado el equipo para hacer un buen papel aunque yo no compartía ese optimismo y me resultaba medio raro que me hable con tanto entusiasmo de su trabajo pero ahí quedó la cosa y yo recién lo volvería a ver en julio de 1987 en el centenario de mi bisabuelo Papatitis pero antes la vida nos pondría a prueba a toda la familia.
La selección debía jugar unos partidos más antes del mundial contra clubes (Bilardo no quiso jugar con más selecciones después de haber perdido con Francia y con Noruega a fines de marzo) mientras se estaba instalando en México. Mi abuelo estaba prácticamente subido al avión para encontrarse con el plantel en el predio del club América y terminar la preparación (la idea que la delegación se instale un mes antes en tierras aztecas fue suya) cuando las cuestiones urgentes de la vida se hicieron presentes y tuvo que postergar ese viaje para cumplir el rol que mejor le iba en la vida: el de abuelo.
Sí, el tipo que pergeñó todo el plan y la estrategia para jugar en la altura no pudo ver su obra en el lugar de los hechos sino que tuvo que hacerlo desde un televisor en Buenos Aires ya que su familia necesitaba de él.
Esta crónica es solamente el reconocimiento de un nieto al mejor abuelo del mundo ya que los grandes medios lo mencionan pero no le dan mayor importancia al tipo que ayudó a que esos once leones tuvieran oxígeno suficiente en el cuerpo para poder pensar. Abrazo al cielo, Nano.
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Periodista, la vida es escuchar rock durante un paseo en velero. Autos, animales, astronomía, cine y literatura. Ex rugbier. Rebelde con causa, discuto todo.
Comentarios
Emocionante Georgie!! Abrazo al cielo Abuelo Nano!! Hermosa crónica!!!
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